miércoles, 15 de febrero de 2012

Segundo acto

En el que, contra todo pronóstico, se abre verdaderamente el telón. Expuesta sobre el escenario en un monólogo infinito la actriz interpreta el único papel que sabe.

¿Se preguntan por qué el diluvio? En el vertido de hoy, como aguacero, tienen por orden cronológico inverso (le seguirían las entradas de enero y posteriormente lo que vaya publicando a partir de hoy) fragmentos, retazos, oleadas, de las tormentas que me han asolado durante el último año.

Las palabras no son barcas. Son apenas un trozo de tablón, que se va royendo, que se va pudriendo. Pero, sin ser perfectas, ayudan a mantenerse a flote cuando no escuchaste las recomendaciones de la azafata sobre los chalecos salvavidas.

Pasen y vean.

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